El Espantapájaros y su Sirviente, es una novela infantil escrita por el británico Philip Pullman.
La historia comienza con un hombre muy viejo llamado Pandolfo, quien había tenido ya muchos problemas, con las aves, con los soldados, con su primos, con su salud y en fin, así que ese día decidió hacer su espantapájaros, para aliviar uno de sus problemas, lo armó con un nabo por cabeza y lo vistió con un taje de lana, bien relleno de paja, además guardó en el interior de él, una carta en tela impermeable para mayor seguridad, y le dijo al espantapájaros que, no olvidara cuál era su trabajo, dónde era su sitio, que fuera educado, valiente, amable y honrado. Después de ello, lo clavó firmemente en el medio del campo y se fue a descansar, pues no se sentía nada bien, pero esa misma noche el espantapájaros fue robado, y al poco tiempo robado otra vez y otra vez, alejándose cada vez mas de su lugar de origen, hasta terminar en un campo en medio de la lluvia, donde le cayó un rayo.
Por casualidad del destino, el rayo atravesó al espantapájaros y se estrelló en el campo lodoso, el espantapájaros, parpadeo sorprendido y miró hacia todas partes, no había ningún pájaro alrededor, así que se sintió muy bien, esa misma noche un joven llamado Jack se resguardaba de la lluvia en el granero, no muy lejano de ahí, era un joven que había perdido todo a causa de la guerra, no tenía a sus padres y ningún lugar al que llamar hogar, por lo que temeroso, vagaba por todos lados, esa noche no durmió muy bien, pues os truenos le recordaban a los soldados. La mañana siguiente se despertó con hambre, así que comió algo de lo poco que encontró, una raquítica zanahoria, unos granos de maíz y unos trozos de nabo, mejor que no tener nada en el estómago, pensó el pobre chico, hasta que escucho una voz, no muy lejos de ahí, era una voz que pedía ayuda y como él era muy curioso, decidió ir a ver.
¡Socorro! Gritaba, Jack pensó que se estaba volviendo loco, pues quien gritaba era un espantapájaros, pero vio que gritaba tan fuerte y se movía como desesperado, que decidió ayudarlo, el espantapájaros, le dijo que quería bajar y caminar, pero no podía porque le hacía falta una pierna, así que, el joven fue a buscar una rama lo suficientemente buena para poder ponérsela, la encontró y la metió en la pernera vacía del espantapájaros y después de ayudarlo a bajar, este se incorporó, como si fuera natural que un espantapájaros, caminara y hablara. Solucionado el problema, el espantapájaros, le hizo una propuesta al joven Jack, ser su sirviente, el joven desconcertado preguntó cuáles serían sus obligaciones si fuera su sirviente, a lo que el espantapájaros respondió, que acompañarlo por el mundo, además de atenderlo en sus necesidades, aunque lo único que podía ofrecerle como pago serían aventuras y gloria.
Es aquí donde comienza una divertida aventura de un espantapájaros cerebro de guisante y su joven sirviente humano, teniendo que surcar aparatosos problemas por la obsesión del espantapájaros por la supuesta maldad y rivalidad con las aves, desde perder ambos brazos y terminar con un señalamiento de camino y un paraguas como brazos, hasta ser nombrado miembro del ejército y ser llamado, Lord Espantapájaros. Las aventuras que pasarán, mantendrán divertidos y entretenidos a los más pequeños, pues el poco sentido común del espantapájaros y su impulso de querer ser famoso e importante, llevan a l pobre de Jack a ingeniárselas para sacar de los más chusco apuros s su amo, al cual le ha tomado cierto aprecio y al cual quiere ayudar a regresar al Valle de los Arroyos y reclamar lo que por derecho le pertenece, ya que los Buffaloni, la familia de su creador andan tras ellos y no pararán hasta encontrarlos.
Historia super recomendada para todas las edades, es divertida, entretenida y con grandes enseñanzas, como la mistad, la lealtad, la justicia, entre otros, que seguramente harán a los pequeños, preguntarse el ¿por qué de muchas cosas? Dense una oportunidad de leerlo y descubran como las palabras de la contraportada hicieron que yo me interesara por esta hermosa historia, - Aquí estamos los dos: tú, un joven honrado y de buen corazón y yo, un espantapájaros con talento y espíritu emprendedor. ¿Qué me dirías si te pidiera que fueras mi sirviente?