Egidio el granjero de Ham, es una pequeña historia, escrita
por el británico J.R.R. Tolkien, mucho antes de crear su mundo de la Tierra
Media.
Como bien nos relata el maestro Tolkien, Egidius Ahenobarbus
Julius Agricola de Hammo, o mejor conocido como Egidius de Ham o simplemente
Egidio, era un simple campesino, que solo se ocupaba de sus asuntos, sus
tierras que labrar y cosechar, su esposa y sus animales de granja, entre los
cuales se encuentra su perro que habla, de nombre Gram.
La vida de estos personajes era simple y pacífica, hasta que
cierto día y por asares del destino, un gigante se pierde y termina cerca de la
granja de nuestro protagonista. El primero en avistar al enorme hombre fue
Gram, quien, al verlo, comienza a gritar desesperadamente a su amo para
despertarlo. Egidio que en ese momento se encontraba durmiendo, se despierta de
un sobresalto y agrede al indefenso y asustado perro, que a su ves le hace
reaccionar, para que vea al gigante y salve su vida.
Unos instantes después, Egidio sale de casa con su Trabuco
(una especie de escopeta), llena de pólvora, trozos de alambre, huesos, piedras
y otros desechos, disponiéndose a hacerle frente al gigante. Una vez en lo alto
de una colina, aparece el rostro del gigante sin previo aviso y sorprende al
granjero, quien cae de espaldas por el enorme susto, sin antes accionar su trabuco
y herir al gigante en un ojo. El gigante se aleja de ese sito sin ver al
granjero, pensando que eso que le pasó en el ojo era solo una basura que habría
entrado y retorna a casa una vez que se ha orientado y recordado el camino.
Sintiéndose aliviado, Egidio regresa a su hogar, pero Gram,
va anunciando y contando la increíble hazaña de su amo por todo el pueblo de
Ham, y es en este punto, en el que la vida de Egidio de Ham, da un vuelco, pues,
recibirá una espada casi mágica, enfrentará dragones y al mismo Rey de aquellas
tierras y así comenzará una gran aventura llena de valor y más que eso, llena
de suerte.
La historia en sí, es un deleite, pequeña, pero con grandes
momentos, fantasiosa, pues los animales hablan, ingeniosa, porque el protagonista
nunca fue un tonto, al contrario, era meticuloso e ingenioso muy a su manera.
Tolkien nos presenta aquí un boceto de lo que eran las historias medievales en
Europa, con héroes y dragones, tesoros, gigantes y hasta un poco de magia. Me atreveré
a decir que es un estupendo cuento para niños y no tan niños, pues es divertido
y un poco diferente a lo que nos tiene acostumbrados la literatura actual.
Conclusión, deben leerlo para conocer un poco mas de Tolkien,
no quedarnos únicamente con la historia del anillo y la tierra media, y sin
duda les agradará este panorama que muy pocos conocíamos, pero que deja un gran
sabor de boca.
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