Pero es que la abuela es taaan aburrida, se quejó Ben. Era una fría tarde de viernes del mes de noviembre y como de costumbre, iba repantigado en el asiento trasero del coche de sus padres, camino a casa de la abuela, donde se vería obligado a pasar la noche una vez más.
Ben, es un niño común y corriente, vive con sus padres en una casa en Inglaterra, pero hay algo particular en él, es un fanático de la fontanería, pues es de grande quisiera ser un fontanero profesional, pero, hay un pero muy grande, pues sus padres son unos obsesionados del baile del salón, a tal grado que todos los viernes por la tarde noche, salen a ver en vivo su programa favorito o van al cine, por lo que el pobre Ben tiene que quedarse en casa de su abuela.
La abuela de Ben, es una señora de edad avanzada, con un gusto muy marcado por el repollo, el juego del Scrabble y los libros de gansters, tenía televisión, pero llevaba descompuesta desde hace años, por lo que al pobre niño no le quedaba otra opción que jugar con su abuela, soltaba sin darse cuentas algunas que otra flatulencia que, olían peor que la sopa de repollo.
Esa era la vida de nuestro protagonista, pues casi nunca convivía con sus padres, su madre era estilista de uñas y su padre guardia de seguridad en una plaza comercial, que cuando salían de trabajar, se dirigían a su casa a ver su programa de baile favorito, ninguno sabia cocinar por lo que sus comidas eran siempre instantáneas. Ben iba a la escuela, aunque no era muy de su agrado, aunque era buen estudiante, pero lo que él quería era ser un fontanero, cosa que a sus padres les desagradaba, pues decían que era algo de locos, que debería mejor enfocarse en ser un bailarín profesional, ya que ellos no pudieron hacerlo en su tiempo.
Al llegar los días viernes, Ben sufría, pues para él, su abuela era la persona más aburrida del mundo, ya sabia como sería su tarde y noche, comer sopa de repollo, jugar scrabble, e ir a dormir a las 8 de la noche, al día siguiente, desayunar algo con repollo y esperar a que su padres llegaran por él alrededor de las 11 de la mañana, pero ese viernes en particular Ben, no quería esta allí, así que después de escuchar a su abuela roncar, se levantó de la cama y fue hacia el teléfono y marcó a su padres, exigiéndoles que fueran por él, pues estaba aburridísimo, no quería estar en casa de su abuela ni un minuto más, pero sus padres no accedieron y al no escuchar ya ningún ruido, volteo y creyó ver una silueta en las escaleras, pero un momento después había desaparecido, ¿habría escuchado su abuela lo que les había dicho a sus padres?
A la mañana siguiente, todo se desarrolló en un silencio sepulcral, ninguno de los dos rompía el hielo, hasta que la abuela lo hizo, pero, con gran esfuerzo cada uno. Al Siguiente viernes y después de jugar scrabble y arrojar su sopa de repollo a una maseta y la abuela ir a ponerse una blusa más, Ben decide buscar una de las galletas de chocolate que la abuela guardaba, así que se subió a un banco a buscar la lata en la estantería de arriba, al encontrarla, le pareció más pesada de lo que recordaba, al abrirla, se llevó una gran sorpresa, pues lo que encontró ahí no fueron galletas, fueron…
Habrá que descubrir el gran secreto de esta singular abuelita, ver cómo cambia todo a partir de ese momento, ¿Qué habrá encontrado Ben? ¿Qué secreto guarda la abuela? No diré más, pues les echaría a perder la historia, solo queda decir, que el misterio, la acción, el desarrollo de toda esta historia es estupenda, esta historia nos deja una lección uy importante, pues la relación que tendrán abuela y nieto, será un bumm para muchos, las lecciones que al final se van dando al desarrollar la historia y el final que da la vuelta a todo, te dejan con un sentimiento algo extraño, pero lindo.
Esta historia es un 10 de 10, es la historia más hermosa que he leído en mucho tiempo, está recomendada para todos, es más, diría que es una historia obligada para todo el público, pues la historia por sí misma es una belleza y la lección que nos deja es aún más hermosa.
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